Juro que en un avance sobre lo que venía en el bloque siguiente del informativo de Ró Lufrano en Canal 7 dijeron esto (corrí a anotarlo):
La visita de Donald Rumsfeld a América Latina genera rechazo y preocupación por la agenda oculta del Ministro de Defensa de Bush
No digo que no tenga una agenda oculta, no digo nada -- pero me hizo acordar a Granma. Dejame deducir a mí que Donald tiene una agenda oculta. Me doy cuenta.
Which leads me to: ¿por qué tenemos un canal estatal? Rosarito Lufrano está medio demacrada, se nota hasta en esos detalles lo horrible que es Canal 7. O si querés chequeá la página: a diez años de mis comienzos en el websurf (como se decía entonces) está en construcción. Inclusive el nombre que tenía en una época es incomprensible: "Argentina Televisora Color" ¿Qué? El tercer peor nombre de la historia después del partido de Bielsa ("Gestión Estado Sociedad, Todos Ahora", GESTA) y el espectáculo de Alejandro Apo ("La pelota, un cuento y un abrazo").
Mi pregunta es: si Menem hubiera dejado dos canales estatales en vez de uno, ¿el progresismo pensaría que hay que privatizar uno de ellos? Creo que no. Si Menem hubiera privatizado todos los canales, ¿habría una campaña para estatizar alguno? Creo que tampoco. Sería un poco largo discutir acá los méritos de los canales estatales, OK, la BBC anda bien, etc etc. El sistema que yo prefiero es que el Estado subsidie lo cultural, por más que la provisión sea privada. Qué sé yo: el programa sobre la educación de María Laura Santillán por ahí no estuvo tan bueno, pero seguro mucho mejor que cualquier cosa similar que pueda intentar Canal 7. ¿Por qué no apoyarlo? Si queremos un canal estatal, ¿por qué no un diario? ¿por qué no tenemos un periódico del gobierno (supongamos por un momento que Pravda/12 no lo es)? ¿Por qué no lo queremos?
En fin, podriíamos discutir el canal estatal, habrá pros y cons. Pero mi punto es más general: nuestra izquierda se define ante todo por la agenda de la derecha. No sabe si está o no a favor de la economía abierta, pero como Menem la dejó así, no la toca; no sabe si está a favor de las privatizaciones, pero como Menem vendió todo, no lo toca; no sabe si quiere canales públicos o privados, pero lo que Menem dejó (uno solo, y horrible) no se toca.
Conclusión: como decíamos con Nico ayer en San Cayetano, nos falta una izquierda reformista. Una izquierda que tenga algo parecido a un programa de gobierno.
Recién cuando llegamos a esa conclusión pagamos los 22 pesos per capita de la cuenta. Lo que me lleva a un próximo post, esta vez de economía: la brecha de precios entre las fondas tipo Cayetano y los restaurantes dignos se está achicando. Suficiente por hoy.
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