martes, octubre 11, 2005

cuando desenamorarse es de a dos

OK, le voy a cambiar el título a este trabajo, no da.

Les voy a demostrar que en un trabajo lo único que hay que leer es la introducción y las conclusiones. Los "dos" que se desenamoran vendrían a ser el mundo y la Argentina. El trabajo tiene 50 págs aprox, pero con lo que sigue basta para entender el main point.

Parte de la intro:

El estancamiento de las exportaciones forma parte central de la mayoría de las explicaciones del retraso relativo de la Argentina a partir de, al menos, la Gran Depresión. En particular, interpretaciones realizadas entre los años 60 y 80 del siglo XX –incluyendo a Díaz Alejandro (1970), Guido Di Tella (1973), Cavallo (1989)- colocaban a la falta de dinámica exportadora, y a la correlativa expansión de actividades mercadointernistas presuntamente menos eficientes, en el centro de la pérdida de posiciones de Argentina.

El pobre desemepeño económico argentino tras la apertura comercial, inciada en 1976 y continuada con marchas y contramarchas hasta el presente, obliga a reformular la hipótesis del estancamiento exportador con elementos nuevos si se quiere dar cuenta de los últimos treinta años de historia económica argentina. En todo caso, el estancamiento exportador se mantiene por lo menos como uno de los factores que podrían contribuir a dar cuenta de la decadencia relativa de la Argentina entre la Depresión y la apertura comercial o, más precisamente, entre la Depresión y comienzos de los años 60. Creciendo tan sólo al 1% anual, el ingreso per cápita de la Argentina pasó de equivaler al 86% del de un conjunto testigo de países en 1929 a representar tan sólo el 61% en 1963. Durante el mismo período, las exportaciones se mantuvieron estancadas alrededor de los 1000 millones de dólares, salvo en momentos de precios internacionales extraordinarios. En 1963 la Argentina envió al exterior exactamente el mismo volumen de bienes que en 1929.

La explicación tradicional del estancamiento de las exportaciones argentinas apunta a las políticas internas. [...] En el presente trabajo se procura investigar una hipótesis complementaria. Además de los problemas de oferta provocados por las políticas internas, ¿cuánto contribuyó el estancamiento del comercio internacional en las exportaciones argentinas? En particular, ¿cómo evolucionó la demanda mundial por los productos típicamente argentinos (que en adelante llamaremos sencillamente “productos argentinos”) durante los años en los que se verificó una decadencia de las exportaciones del país? El análisis estará concentrado exclusivamente en los productos primarios, aun cuando sobre el final del período analizado aparecen como un renglón importante las exportaciones industriales.


Y parte de la conclusión (atenti con el "no hemos intentado cuantificar" -- cuando algo es demasiado trabajo conviene decir que no nos interesaba mucho):

Entre el lustro inmeditamente anterior a la Depresión y finales de siglo XX, el comercio mundial medido en cantidades se multiplicó por más de 23. El comercio internacional de los más importantes productos primarios de la Argentina se multiplicó por apenas 9 . Las exportaciones argentinas de ese mismo conjunto de bienes creció entre una punta y la otra en una proporción similar: 860%. Como muestra el Gráfico 31, sin embargo, las exportaciones argentinas de productos primarios no se movieron en sincronía con las del resto del mundo. Hasta fines de la década del 70 las exportaciones primarias argentinas no habían llegado a duplicar las del último lustro de los años 20. Las exportaciones mundiales de productos típicamente argentinos, en cambio, quintuplicaban a las de finales de los años 20 en 1976.


Gráfico 31. Volumen de las exportaciones argentinas y mundiales
de productos tipicamente "argentinos", y exportaciones mundiales totales

1924-28 = 100, escala logarítmica


Entre la Depresión y la apertura comercial (y también desde entonces hasta fin de siglo) el mundo jugó en contra de la Argentina: el comercio internacional de los productos exportados por la Argentina creció menos que el comercio mundial. En el período previo a la la apertura, el estancamiento de las exportaciones argentinas fue mucho más intenso que el declive relativo del comercio de bienes pampeanos. A partir de entonces, en cambio, las exportaciones argentinas ganaron participación en esos mercados.

Con todo, es difícil atribuir a eventos externos la parte del león de la declinante participación argentina en los mercados mundiales de productos primarios. En mercados con menos obstáculos externos que el de carne y trigo, como el de maíz, la Argentina también perdió posiciones. El maíz explica, de hecho, una parte tan importante de la reducción en el volumen de envíos de los Cinco Grandes como el trigo (otra mitad). La principal evidencia de que la declinante participación argentina en los mercados de productos primarios en el período anterior a la apertura comercial de 1976 respondió a factores internos es, justamente, el efecto de la propia apertura. Con una política más favorable a las actividades exportables, la Argentina pudo multiplicar por seis el volumen exportado de seis productos representativos (carne vacuna, trigo, maíz, lanas, girasol y soja) entre 1976 y 2000, a pesar de que el comercio internacional de esos mismos bienes no llegó a duplicarse en el mismo lapso.

En tiempos de su declinación exportadora, pues, la Argentina se alejó más del mundo que lo que el mundo se alejó de Argentina: desenamorarse puede ser de a dos, pero en general es más uno que otro. Desde la apertura hasta finales del siglo XX, el comercio mundial siguió siendo poco dinámico en los principales productos agropecuarios de la Argentina, pero de todas maneras el país forzó su vuelta a los mercados mundiales. El tiempo dirá si con el dinamismo de las grandes economías de Asia continental y con las siempre demoradas reformas en el comercio internacional de productos agropecuarios el mundo se vuelve más amable a este retorno argentino.

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