Es conmovedora la maroma que tienen en la cabeza los que creían ver en K el triunfo de sus propias ideas rebeldonas y ahora tienen que decir algo respecto a la cancelación de la deuda con el Fondo. Una muy argentina es el chamuyo incomprensible, un balbuceo de frases vanderkoyescas, de dobles negaciones que llevan a callejones incomprensibles, de matices de matices de matices y así al infinito, todo en la misma frase, a lo Halperin Donghi. Por ejemplo, Cardoso en Bloguín
Para aceptar la validez de la línea argumental que empleó el Presidente argentino —más cargado de retórica crítica para con el Fondo que la de Lula, como era de esperarse—, la decisión se quedó irremediablemente corta cuando Kirchner no cruzó una frontera que el oficialismo especuló alguna vez con vulnerar: el retiro liso y llano del país de la nómina de 184 miembros del FMI [...] En suma, esta decisión de tomar distancia del FMI es —aun en una módica dimensión— una condición necesaria aunque insuficiente por sí misma para avanzar en la redefinición de una inserción internacional viable para países como la Argentina y Brasil y, como toda determinación de trascendencia, pone en marcha una continuidad de desarrollos, mucho de los cuales ni siquiera podemos prever. Y esto tiene poco que ver con las promesas de mayor inversión externa que hizo ligeramente Lula y con el oportunismo de los duros adjetivos empleados por Kirchner. No es menos apropiado considerar esto en el contexto concreto en que estas decisiones brasileña y argentina se produjeron porque, como sostuvo Karl Manheim en su clásico Ideología y utopía, es imposible comprender nada de lo que se dice o se hace sin asociarlo a la realidad del momento.
What? ¿Estás a favor o en contra, Cardoso?
Otra es la del Perro: no pronunciarse. Antes y después de una lista de diez méritos de la gestión K, Verbitsky no nos puede contar si le gustó o no le gustó la más audaz decisión económica del gobierno de Kirchner:
Las discusiones acerca de la necesidad y/o la conveniencia de la cancelación adelantada de la deuda con el Fondo Monetario Internacional son legítimas y podrían contribuir a mejorar el nivel del debate político, si a alguien le interesara tal cosa [...] Una excelente pregunta, que ya se formuló respecto del relevo de Roberto Lavagna, se refiere a la necesidad de la decisión anunciada el jueves. En ambos casos la respuesta podría ser: “Depende para qué”
A esta altura, para Kirchner debe ser como un juego: "¿Qué tendré que hacer para que me critique Verbitsky? ¿Poner a Anne Krueger de ministra? ¡Pero si le pagué todo al Fondo, de un saque, y no me critica! Ah, ya sé, puedo poner a Martínez de Hoz. Pero no, seguro que Horacio diría que lo hago para apaciguar al campo, o algo así, y aplaudiría la designación".
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