Legislaturas provinciales que habían declarado a Urquiza traidor, y prestado su adhesión a Rozas, se apresuraban a prestársela a Urquiza. Hay y ha habido siempre una clase de políticos que entienden que la política consiste en quedar al lado de los que mandan. He oído atribuir a un legislador de provincia, perpetuado en la banca legislativa, que cuando le reprochan su inconsecuencia con los hombres que han pasado por el gobierno, contesta que no es él quien cambia, sino los gobernantes. Suscribir la adhesión a Rozas en noviembre de 1851, no impedía entusiasmarse por Urquiza en febrero. Se precisaban entonces noventa días para un cambio de opinión. No incito al lector a averiguar si en los tiempos que corren y dado el apresuramiento constante de actividad social, el término ha sido extraordinariamente abreviado.
Rodolfo Rivarola (1910), Del régimen federativo al unitario
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