Digo, después de todo, ¿quién no se ha comido un "epa, epa, ¿dónde vas?"? Reservemos la indignación para cuando haya menores, no la gastemos en la humana carne de los obispos o -¡válgame Dios!- de los obispos gay.
Nótese un dato clave para la investigación, posible inspirador de las fantasías del obispo y/o la pasajera: era el interno 69.
Nótese un dato clave para la investigación, posible inspirador de las fantasías del obispo y/o la pasajera: era el interno 69.
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