Daniel Heymann y Adrián Ramos, de CEPAL Argentina, tuvieron una linda idea: comparar los ingresos de cada quintil de la Argentina y Chile con sus contrapartes europeos. El resultado es sorprendente. Vos, yo y el resto de los argentinos que están en el top-20% de la población vivimos no mucho peor que el top 20% de España. Bueno, un 25% peor. Pero ese 25% estoy seguro que se borraría si uno midiera bien las canastas de consumo de cada país. Acá los datos están corregidos por las diferencias entre los niveles generales de precios, pero no por diferencias en los precios relativos. Los ricos consumen más servicios que los pobres, y los servicios son más baratos en la Argentina, no sólo en términos absolutos (el cálculo a PPP se encarga de corregir esta parte) sino también en términos relativos. Si no me creés hacé un censo y contá cuántos españoles del top 20% tienen empleada doméstica y cuántos argentinos de esa misma franja.
Repetilo en tu cabeza: los ABC1 vivimos (la primera persona supone la pronta superación de la crisis financiera que ahora padezco) casi igual que el top 20% de España. No que el promedio de los españoles: el PBI per cápita del ABC1 argentino es 50% más alto que el promedio español. En cambio, el quinto más desafortunado o -por si sos facho- más perezoso de los argentinos tiene apenas la quinta parte de los ingresos de sus co-proletarios españoles.
¿Por qué es tanto peor nuestra distribución? A todos los posibles motivos que apunté ayer, agrego uno más polémico: estos datos (y los de ayer) son de 2001, con el desempleo apuntando para el 20%. En la Encuesta Premanente de Hogares, sobre la que se basan estos números, ese casi 20% de la población contestaba "cero" cuando le preguntaban por su nivel de ingresos. Me parece, pues, que la pobreza extema de ese bottom 20% tiene un componente coyuntural asociado al desempleo. Claro que el largo plazo es la suma de las coyunturas, y hoy tenemos una coyuntura que tiene mayor empleo pero salarios reales más bajos que los de equilibrio (por-lo-menos-así-lo-veo-yo) así que posiblemente it wouldn't change the picture. Pero me gustaría mirar la película después de esas dos fotos: cuando la Coca de lata vuelva a rondar el dólar.
Uno se pregunta, también, qué hay en el top 20%. Una vez, mi abuelo Quico Estrugamou se puso a enumerar las clases sociales de arriba para abajo, hasta que se dio cuenta de que había tirado como ocho categorías y recién estaba llegando a la clase media-alta: de más cerca se ve mejor. Quizás con ese sesgo familiar te digo que no es lo mismo Macri que yo, como no era lo mismo el estanciero Quico que sus compañeros de abogacía no terratenientes (a decir verdad, la carrera la estudió sin pisar un aula, dando todas las materias libres en 3 años).
En fin, da para más disquisiciones pero tengo que laburar, a ver si puedo seguir colgado del top 20%.
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