...Por primera vez en muchas décadas, la Argentina ha conseguido tener entre sus manos todos esos ingredientes al mismo tiempo. Algunos los obtuvo por virtud, otros por defecto, pero en todos los casos su obtención fue un proceso doloroso: la apertura de la economía costó cientos de miles de empleos en sectores declinantes y poco competitivos; la estabilización de precios, conquistada con el dólar fijo y barato de la convertibilidad, presentó una dificultad adicional al comprimir la rentabilidad de muchos productores nacionales; la mejora en las cuentas del Estado requirió no sólo el traumático camino de las privatizaciones, sino que finalmente tuvo que completarse con un repudio a la deuda pública con trágicas consecuencias para el sistema financiero local; por último, el salto a un tipo de cambio competitivo, que también contribuyó a los corralones y corralitos, provocó además una redistribución del ingreso de los pobres a los ricos que sólo podrá atenuarse lentamente.
Tanto ha costado conseguir cada compuesto de la pócima del crecimiento que a quien hoy la revuelve, prueba y distribuye le conviene decir que es una fórmula de su autoría, que nada tiene que ver con los fracasados intentos anteriores. Los Hacedores de Milagros Frustrados yacen envenenados por su propia medicina, bajo lápidas que en el más misericordioso de los casos dicen “Culpable”: el que inició la apertura, el que consiguió la estabilización de precios, el que ordenó las privatizaciones, los del default y la devaluación...
lunes, abril 17, 2006
El Hacedor
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