lunes, junio 12, 2006
el buen inversor
No te banco, Ale Fabbri. Basta, viejo, de vivir de rentas. De chico te aprendiste unas estadísticas de fútbol y hace veinte años vivís de ellas como "comentarista", como si una cosa tuviera algo que ver con la otra. Cómo la pegaste. Tus comentarios se limitan a describir la jugada mirando la repetición "Vemos como patea Cahill, vemos que la pelota da en el palo y luego entra, etc...". Estás conforme con la vida, todo te parece bien: "Gana Japón, y está bien", decís, y después cuando vienen los goles del fabuloso fútbol ofensivo australiano te olvidás. O batís "Este partido lo va a empatar Polonia" antes de que Ecuador meta el 2-0. Pero no importa. Nada afecta la sensación de bienestar esencial de la vida tal como la conocés. Creés que todo esta más o menos como debe ser -- aunque de vez en cuando hacés honor a vaya uno a saber qué libro sobre el Che Guevara que habrás leído, y despuntás un comentario antiimperialista que ya sería de modé hace cincuenta años. Sos como Cambiasso, ganaste un cierto "prestigio" entre los constructores de la political correctness de la patria deportiva y no hay como mancillarlo. A pesar de que entiendas bastante poco de fútbol.
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