jueves, marzo 08, 2007

en casa de herrero reparten palos

A esta altura de la democracia todos aprendimos que un acto político se vuelve concurrido no por el interés concreto en los asuntos públicos, o por la materia convocante, sino por una necesidad muy animal que tienen las personas de estar en contacto. Este fue un caso así, pero con la particularidad, muy del ARI, de que no hay un culo partidario en todo el salón que vos digas, ¡bueh!, estoy a mano, te comés el garrón de escuchar a una Carrió, a un Toti Flores (?) pero el paisaje al menos redefinió la tarde. Acá no, la cultura de harinas refinadas y grasas trans, pilares del contrato moral, se transfiere a las bases en la forma de Merengadas, Mellizas, Rumba y Amor y los trastes son pampas húmedas, buenas para el ganado de invernada pero malas para los hombres. Un día vamos a hablar en detalle de los culos del ARI, hoy no, volvamos a Fernandito.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Habría que avisarles a los del ari que se trata de un voto por persona y no un voto por kilo...

Al margen pienso: el ari me gusta y que bien le haría la llegada de mi bien considerado Alfonso Prat-Gay. No Rolo?

Anónimo dijo...

es cretino sacar del ropero a Fernando Sánchez (al que no conozco). Si él no quiere decir que es gay está en su derecho.
Lo que hace Schmidt es una basura. Más allá de todo lo que se pueda argumentar (y estoy a favor de que los muchísimos hombres públicos que son gay deberían asumirlo para que no se crea que los gay son cien "locas" que se juntan en un boliche los sábados a la noche, sino que están en cada familia y en cada lugar social, como todos); el asumirlo o no públicamente es algo personal.
Y todo persona que vive en un medio machista y represivo como el argentino (y el Chaco es muy "argentino", más que Buenos Aires, en ese aspecto) sabe que decirse gay es difícil; se paga muy caro. Más en lugares tan represivos como el mundo de la política o los negocios tercermundistas (en Nueva York o Los Angeles, o Londres, es un poco diferente).
Schmitd cada vez más muestra su resentimiento, una fuerza negativa que Nietzsche describió como potencia de muerte, de destrucción; única fuerza de los débiles, los que no pueden construir nada, pero gozan destruyendo todo lo que hacen los que hacen.
A mí el Ari no me gusta. Carrió es la vocera del obispado (lo que para mí es lo peor que una persona puede ser). Pero no por eso voy a ver bien que se escrache a un pobre tipo (por el mero hecho de que Carrió lo estime!!!)
Es algo cretino.

bernardito

Anónimo dijo...

Totalmente de acuerdo con el post anterior de "bernardito / anonimo". Todas las notas de Schmidt estan llenas de las zonceras de los que creen que estan de vuelta (pero de vuelta de que?). Y sus admiradores en la blogsfera hacen eco a un discurso de resentidos que quieren pasar por cinicos. De mas esta decir que no comparto nada con Carrio y su costumbre de hacer pasar por cariño el desprecio (cosa que ya hizo con Graciela Ocaña cuando la llamaba "la hormigita").

Hernan B

Anónimo dijo...

Como min... cosas como la Carrió entiendo que es admisible hacerse punto activo, bufarrón que le dicen, pero por ahora sigo pensando como Rollo que las minas argentinas son las mejores, con algunas excepciones por supuesto.

Anónimo dijo...

Estoy deprimido, mataron al Capitan América y acá con temas escatológicos

lucas dijo...

Creo que tenés razón bernardito. Te diría que ante todo me parece la parte menos intersante de la nota. Más que nada me parece ridículo pedirle a alguien que diga algo acerca de su sexualidad, sea lo que sea. Como que no viene al caso. Igual tampoco me parece para rasgarse las vestiduras en defensa de la privacidad. Qué sé yo, es un dato de color que si el periodista lo sabe no está mal que lo diga. Creer lo contario me parece incluso un toque homofóbico. En todo caso, la nota me divirtio mucho por lo del culto al perro fernando. vale la pena ir al link de la provincia del chaco.

Anónimo dijo...

De acuerdo con Rollo: el link al perro Fernando era lo mejor de la nota. También hay que decir que estaba bien escrita, pero muchas ideas al muchacho no se le cayeron. ¿Qué me importa a mí la sexualidad de Fernandito? ¿Y qué carajo me importa si son lindos o no los culos de un partido? Me importan tanto como lo que haga Schimdt con el culo propio o con los ajenos.
Pero, en erio, vean el link del perro Fernando.
GFS