viernes, marzo 14, 2008

moreno vs lousteau: cristina elegirá al más lindo

Todos los que alguna vez hemos tenido jefes sabemos qué poco les gusta que les llevemos un problema y cuánto les agrada que les acerquemos una solución. Por ese principio básico de las relaciones jerárquicas, Guillermo Moreno le lleva una ventaja grande a Martín Lousteau. El Ministro, perdón, Secretario de Comercio se acercará al escritorio de la Presidenta con guiño cómplice y papel adulterado que puede hacer las veces de una respuesta, así sea temporaria, frágil y engañosa, al problema político que para Cristina Fernández representa la inflación. Las alquimias algebraicas de Moreno no llegan a ser tanto como una solución, pero al menos brindan la satisfacción de diferir o solapar un problema.

El Ministro de Economía se aproximará luego a la misma sala con una exigencia elemental para un país cualquiera de este mundo, pero ambicioso para la Argentina de hoy: la transparencia de las estadísticas públicas. Martín Lousteau le indicará a la Presidenta un camino que implicaría decirle al gran pueblo argentino: Salud, salvo que nuestra inflación es del 25%. Y, al día siguiente, el gobierno debería elegir entre reconocer la inflación como un problema generado durante el cristinismo o acusar a la administración nestorista de mentirosa e inflacionaria.

¿Hay muchos presidentes que, puestos en los elgantes zapatos de Cristina, eligirían inmolarse por la verdad? Exige tanta audacia iniciar la manipulación de la estadística pública como acabar con ella. Los gobiernos normales no la inician, y por eso mismo no deben desactivarla.

El último round entre Moreno y Lousteau ha tenido lugar en las arenas áridas que sólo recorren con comodidad los técnicos en las estadística. Aun a riesgo de perder lectores podemos dar aquí una introducción al aspecto abstracto del problema. Tradicionalmente, el índice de precios al consumidor mide la evolución del valor de una canasta fija de bienes (figúrese aquí el lector una canasta o carrito de supermercado llenos de bienes, en la que se apiñan además boletas y facturas por servicios). “Fija” es una inexactitud porque cada un período muy largo se renuevan los componentes de esa canasta: en esta década se meterían en ella un cartucho de impresora, una boleta de teléfono celular y una gaseosa de plástico; y saldrían un videocassette, cuatro cigarrillos –se fuma menos– un tubo de papas fritas importadas y una lata de bebida cola (aunque estos dos últimos rubros están volviendo de la mano de la propia inflación, que abarata en términos comparativos a los productos comprados en el exterior).

La supuesta rigidez de este termómetro tradicional se ha utilizado como excusa para cambiarlo por otro más amigable. Una vía conceptualmente irreprochable consistiría en registrar cómo es la canasta de consumo típica de cada mes (ya que cambia por diversos motivos) y comparar los precios que esa canasta tuvo el mes de marzo, digamos, con el valor que ese mismo conjunto de bienes había alcanzado el mes de febrero. Así se respetaría un principio básico que es comparar manzanas con manzanas y peras con peras: si la canasta de marzo tiene muchos útiles escolares, entonces ese rubro tendrá un peso importante en la canasta, y la inflación que ese renglón de la planilla sufrió entre febrero y marzo influirá en mayor proporción en la evolución del índice general. Cada mes se estaría midiendo el aumento de precios de una determinada canasta, por más que cada mes los componentes de esa canasta se estuvieran renovando. El problema de este método es que implica un gran esfuerzo de movilización estadística, pues cada treinta días habrá que dar con la “canasta de consumo típica”.

Moreno ha elucubrado un sistema que combina sencillez administrativa con sabores agradables. Es sencillo: como el golfista que sólo cuenta honestamente los golpes de aquellos hoyos con score favorable pero miente cada vez que ha usado más de 6 tiros, Moreno quiere retirar cada mes del carrito del IPC los productos cuyo precio haya aumentado mucho. La justificación suena tentadora: ¿no es exactamente eso lo que hacen las amas y amos de casa? ¿No compran menos de aquello que ha subido de precio? No exactamente: a veces es cierto que los precios suben y por lo tanto las cantidades adquiridas bajan; pero en ocasiones los precios aumentan precisamente porque la demanda ha crecido. Retirar automáticamente del índice de cada mes los productos cuyo precio ha subido implicará olvidarse de los útiles escolares en marzo, de los huevos de Pascua en Pascuas, de las escarapelas en Mayo, de las bufandas en Julio, y así sucesivamente.

La irritación de Lousteau con el nuevo inflaciómetro de Moreno es, entonces, irreprochable conceptualmente. Pero para ganar la batalla de la transparencia debe pensar una estrategia más atractiva al poder político. Para convencer a la Presidenta de que debe decir la verdad estadística, primero tiene que asegurarle que esa franqueza no resultará desagradable. En otras palabras: exigir de manera política mediciones honestas implicará nada menos que elaborar un plan de estabilización que pueda batir a la inflación. Esa tarea demandaría del ministro no un papel de abanderado por la honestidad estadística –una cruzada para la que no necesariamente posee un talento especial– sino los saberes propios de aquello que, finalmente, Martín Lousteau es: un economista capaz, del que bien podría esperarse una política antiinflacionaria exitosa.

Lousteau debe resisitirse no tanto al Índice Moreno como a que se archive el método tradicional. Su aspiración debería ser que por un tiempo convivieran el índice edulcorado administrado al pueblo, con el índice tradicional, calculado honestamente, puertas adentro. De ese modo la Presidenta podría juzgar con ecuanimidad el éxito o el fracaso de una política de estabilización que ya es hora de planear con fechas, metas y detalles. Si Lousteau fuera exitoso, el día que la inflación auténtica se acercara a la adulterada por Moreno el viejo IPC convertiría en superfluo al contaminado – y acaso también a su creador.

20 comentarios:

Anónimo dijo...

La verdad nos hara libres. No importa de la mano de quien venga. Y lo mas infeliz de este affaire es la corrupcion.
Una administracion democraticamente sana no monta este lamentable espectaculo inconducente, haya capacidad o no en L

Anónimo dijo...

Tus supuestos estan tan alterados como los del nuevo indice...
Moreno no es una persona (en terminos politicos) diferente a CK o NK, a los cuales debe convencer y agradar. El es CK, el fue Nestor K, sus palabras y pensamientos son los del duo presidencial.
Lousteau comienza a despertar de su historico error (entendible ya q las mieles del poder siempre pueden mas q la razon...). Su problema es justamente ser el ministro. No tiene posibilidad alguna de modificar ni mantener algo "potable" en terminos de indices. Solo le queda irse, aceptando una derrota dura pero aun pasajera en terminos de reputacion, o quedarse ser recordado..........x su viaje a Afganistan...
Saludos

lucas dijo...

todavía pagaría un costo CFK por la ida de Martín. No habrá llegado la hora de abandonar la política de apacigauamiento?

Anónimo dijo...

"Vitam impendere vero" la vida consagrada a la verdad.

Es así muchachos, romper el termometro no es la solución. Y si lo rompemos en público, al menos tomemos los medicamentos.

Anónimo dijo...

A los efectos de sincerar la inflación, no es un dato menor que el anterior presidente sea el esposo de la actual.
Si Cristi, le echa la culpa a Nes, se pudre todo en casa. Si Cristi asume el costo politico, le puede salir caro. Lo mejor es no destapar la olla y dejar todo como está. Salvo que el costo politico lo pague algun perejil al que Cristi le pida la renuncia.

Anónimo dijo...

Y bueno che, todo no se puede. Lo malo de que tu pareja sea el ex presidente es que no le podés echar la culpa de nada al gobierno anterior.

Yo espero que Losteau termine siendo exitoso y la profecia de Rollo se cumpla. Así, algún día durante la próxima década, podríamos llegar a escuchar a un cristina distendida escaparsele un comentario del tipo "¿la verdad? Sí, la inflación en 2008 se nos fue al re carajo"

Anónimo dijo...

Aunque sea en la intimdad, !Queeee boquita, Cristina

Anónimo dijo...

Tampoco me imagino a Bob, confirmando que "!Si se les fue al Carajo"
En cambio me resulta más imaginable a Melconiam viendo a Racing en 1ra B

Anónimo dijo...

Oh! el post escondido.

Anónimo dijo...

Esta idea de que en politica no se hace nada que tenga costos politicos es una tonteria que ya la lei en un libor de historia economica argentina.

Hay trade-offs, y lo unico que esta mina muestra es que es miope como su esposo.

El mejor ejemplo es MeneM y los indultos.

Anónimo dijo...

ML no puede renunciar porque Nestor tiene una linda carpetita guardada en su Maison de Puerto Madero con tonterias infantiles que Martincito hizo en el Provincia.
Y se lo hicieron saber el dia 1.
Tendra huevos para bancarse que le tiren encima que llevo a comer a su novia a una parrillita en el delta un sabado y pago con la tarjeta del BAPRO?

Anónimo dijo...

Dear Cristina:

No escuches estos argumentos. Son muy mal advice.

Por mas que no reconozcas la inflacion, la gente sabe cuanto suben los precios. Yo setoy construyendo una casa y el arquitecto NO me ajusta por IPC, pues es TRUCHO, segun me dijo. Me ajusta por el indice de la construction, que en cualquier caso es lo correcto -Me no sabe porque en los tiempos de las estadisticas no adulteradas utilizaban el IPC en lugar del indice de la construccion.

Morenito, puede ir y decirte, ahora, prohibiremos las subas de precios, a punta de pistola -no la de el me imagino pues vos sabes que no asusta a nadie con eso- pero eso solo va a terminar en desabastecimiento, y en una pesima asignacion de recursos. Preguntale al huevon ese amigo tuyo: El Chavez del 8.

Aca te dicen que ML, otro con pocas luces, primero te tiene que vajar la inflacion para que vos la midas como bien. Pero, es un mal argumento.

1) Como podria ML bajar la inflacion, sin medirla bien. Y no estoy diciendo que se necesita saber el numero exacto. Lo que estoy diciendo es que para lanzar un programa anti-inflacionarios, primero hay que reconocer el problema, y segundo, hay que lograr que la sociedad crea en las medidas que se anuncian. Imposible ahora.

2) Como podria ML bajar la inflacion si el gobierno no baja el gasto y se sigue apropiando de recursos economicos para aumentarlo.

25% de inflacion no es joda. Asi, Cavallo va a ganar las proximas eleciones. No es joda.

Anónimo dijo...

Una pregunta Cristina es Fernadez de Kirchner, si es así no entiendo por qué escriben CFK, en todo caso sería CFdK.¿Será por costumbre o para evitar errores de tipeo por caso CdFK?

Anónimo dijo...

¿Che, y lo pones asi, otra vez, sin explicaciones sobre por que lo sacaste,? No te vayas a volver un Bonelli mas Rollo...

lucas dijo...

lo saqué por un compromiso editorial, tenía que salir en niusuik antes que acá. pensé que ya había salido en la revista y por eso lo puse, pero no, no había salido. ahora que pensé que ya habría salido, lo puse de nuevo. (y recién me entero de que nuevamente no salió -- pero bueh, ya está).

Anónimo dijo...

Igual ya lo leímos como 20 veces, podés volver a sacarlo

cuac

Anónimo dijo...

Creo pq no es de Nestor .....

Anónimo dijo...

Man! hasta recien pense que este post me lo habia imaginado. Lo habia leido y despues cuando se lo quize mostrar a mi novia zas! no aparecia.
Em fin... Me acabo de dar cuenta que mis suenios (perdon pero no tengo enie ni alt 164) son mas mundanos...

Anónimo dijo...

Rollo:
Supongo que debes conocer bien a Loustau, probablemente lo aprecias y por lo tanto tratas de dejarlo bien parado.
Yo, no lo conozco y tengo de el la impresion de que es un pelotudo figuron.
La profesion no sale muy favorecida con su actitud de aceptar la responsabilidad que implica ejercer semejante cargo y despues hacer el papel de profilactico.

Anónimo dijo...

Loustau es un tarado, big time. Y lo que mas me rompe las pelotas, es que critica a los economistas. Me gustaria tomarle un examen. No pasa ni economics 101.

Critica a los 90s. Oportunista. En los 90s se aplicaron politicas economicas sensatas, aunque no se controlo el deficit fiscal. Pero esto, los economistas, lo criticaban.

El otro issue de los 90s fue el tipo de cambio fijo.

OK, yo hago micro, asi que por estas cuestiones, hablemos con mi amigo XX, pero a nivel micro, la cosa fue un lujo para la historia de politica economica Argentina, y para lo que es ahora. Un mamarracho.