una massa, muchachos

Iba a poner muchach@as, pero implicaría llamar al subconjunto por el nombre del conjunto: este es, creo, el blog más masculino que conozco. Muy buenos posts -y gracias por los saludos de cumpleaños- así que dejo abierto el canal polillita durante dos semanas más como un nuevo experimento. La regla es: un máximo de dos posts de polillita por día. Si hay más de dos tendré que pasar la tijera, con la arbitrariedad que eso supone. (Razonamiento artero detrás de esa regla: sólo se publicarán posts inspirados porque a nadie le gusta ser removido; la lógica del capitalismo, bah). Si hay alguien que sepa diseñar una página para organizar esto de una manera más razonable y más flexible, y que yo la pueda usar, le doy el 20% de los ingresos de este sitio (de momento, 35 dólares de googleads acumulados y una promesa vaga de un aviso).

Por lo rudimentario de nuestro razonamiento económico, la noticia de esta semana democrática es el Big Mac de 3,64 dólares posteado oportunamente. ¿Pararemos ahí, apenas un 3% más caros que Estados Unidos? Por la tendencia, no parece (salvo claro, que...):


Casi que podemos flamear la bandera de largada del atraso cambiario. Con cada puntito de inflación, un puntito de atraso cambiario, a lo que habrá que restar la inflación internacional en dólares (que puede ser negativa si el dólar recupera algo de fuerza). Si la revaluación cambiaria es, all in all, recesiva, ¿dónde quedó la curva de Phillips?

A todo esto me entero del petit debate sobre el amesetamiento de la inflación. Me conmovió una frase de Randazzo: "Me dijo Redrado que la inflación está bajando". Muerto el INDEC, puede haber distintas "visiones" sobre algo que debería ser lo más objetivo del mundo. Los números de abril y mayo fueron mejores, pero creo que junio empeoró de nuevo. Y la verdad que proyectos como el de jubilaciones son un pasito más para instalar la inercia inflacionaria. Buena pregunta de Montenegro esta noche a La Massa: le daba que la formulita de la ley implicaba un aumento de 25%. Y no es que haya alternativas mucho mejores: con alta inflación, cada problema puede corregirse sensatamente acomodando realidades a los nuevos precios. Esos reacomodamientos sólo contribuyen a la inflación en una milésima parte. La trampa es que los problemas suelen ser miles.