jueves, octubre 06, 2005

donde tu apellido, vieja, confunde a los taquígrafos

Sr Vega − Las donaciones particulares no han arraigado en el espíritu público. Puedo mencionar, y me es agradable hacerlo en el congreso de la nación, el nombre del señor Fernando Estrugamón, que en cierta época en que tuve el honor de presidir la administración escolar de la provincia, construyó a su costa, un edificio magnífico en el pueblo de Chacabuco, cuyo precio fue de 150.000 pesos, y lo donó gratuitamente sin cargo alguno, a la institución escolar. ¡Ojalá este antecedente sirva de estímulo á los que, sin menoscabo de la fortuna propia, puedan contribuir en alguna parte á remediar la deficiencia de la renta destinada á la educación del pueblo!

Diario de Sesiones de la Cámara de Diputados, 1908

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