Entre las publicidades oficiales de Pravda/12, encuentro el avisito de la revista que publica el Instituto para el Modelo Argentino. Yo ya no sé qué es privado y qué es público. El avisito de marras muestra sucesivamente el nombre de la revista y un afiche de Néstor y Cristina. El Director del IMA, Dr. José Luis Di Lorenzo, es vocal del Ente de la Ciudad (aunque Director según su propio CV) tras una larga trayectoria financiada por presupuestos públicos de la mano del cafierismo, el menemismo, el duhaldismo y el belicismo.
En fin, me fui de tema. Dentro de la revista del IMA podemos encontrar un artículo de Mario Rapoport sobre la inflación. Rapoport nos informa que hay dos diagnósticos posibles de la inflación: uno ortodoxo (últimamente expuesto, apunta Rapoport, por un "conocido economista y ex ministro de Educación") y uno estructuralista. Rapoport señala los defectos del primero y los méritos del último, empapándonos con citas de Prebisch y Joan Robinson. (Curiosamente identifica a la convertibilidad como un plan de estabilización ortodoxo, cuando en el idioma tradicional de los economistas argentinos los planes ortodoxos eran los que limitaban el crecimiento de la cantidad de dinero, es decir, todo lo contrario de la convertibilidad, pero en fin, disgression).
Yo entiendo que los ortodoxos se equivocaron, que el uno a uno dejó de funcionar en un momento, que muchos ortodoxos se siguen equivocando a lo grande (en gran parte por su repentino amor al institucionalismo extremo), etc; pero esta evocación no ya setentista sino por-lo-menos-sesentista de doctrinas que creíamos muertas me está matando. Lo digo porque hace poco vi también el artículo de Aldo Ferrer en el que rescataba la actualidad de las ideas de Prebisch e incluso de la teoría de la dependencia. Es todo un gran malentendido, una gran pena. El gran Lucio Mansilla decía "el que mantiene la misma opinión por más de seis meses puede estar seguro de que está equivocado". Y hay gente que no cambia de opinión en 50 años. (Aviso que yo tengo preparado un post titulado "Nuestra inflación estructural", pero les prometo que no es, o al menos no es deliberadamente, la repetición de lo que dijo some defunct economist).
Me consoló la lectura de una conferencia de Bernanke en la que da parte del crédito por el final de la inflación en América Latina a un hecho puramente intelectual. Bernanke describe con bastante más justicia y yo diría piedad que Rapoport la visión estructuralista de la inflación:
Importantly, structuralism placed little weight on monetary factors in explaining inflation. Proponents of this approach viewed price increases as being determined largely on the real side of the economy--for example, by spot shortages arising from uneven patterns of development and by the efforts of labor and other groups to increase their shares of aggregate income. From the structuralist perspective, monetary policy makers have little option other than to accommodate wage and price increases, as these increases are determined outside the monetary sphere -- a conclusion that rationalized central banks' abdication of responsibility for inflation. Structuralists also promoted extensive indexation of wages and contracts as a way of minimizing unintended distributional consequences of the unavoidable inflation. Unfortunately, pervasive wage-price indexation only increased the virulence of inflationary cycles, as price increases were rapidly transmitted to wages and then back to prices.Claro, todo esto después de dar por sentado cuál es el "current consensus among economists -- that money growth generated by fiscal deficits is the driving force behind virtually all episodes of very high inflation".
Felizmente, Nestorio y Bob los dejan jugar, les organizan foros, les leen los Planes Fénix. Practican con ellos la Gran Canal Gourmet: te hacen sentir que estás participando en la preparación de la torta, pero la torta verdadera, la que te muestran después y prueban los cámaras y el equipo de producción, ya estaba preparadita de antemano.
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