Argentine meat: ¡qué calidad!
Me pierdo en estos debates sobre el impuesto al ganado en pie en los 1880s ¿Cómo era? Ah, algo así: los entrerrianos tenían saladeros, y entonces querían poner retenciones al ganado exportado vivo, para tener su materia prima más barata. Se oponían principalmente los cuyanos, que engordaban y exportaban a Chile a lo San Martín: cruzando a pie la cordillera. Y también los criadores de otras provincias, estilo Santiago o incluso Córdoba, que los mandaban a Cuyo. Mamita, ¡cómo caminaban las vaquitas! Llegarían duras al diente chileno.
Los entrerrianos querían exportar valor agregado, bah, aunque tampoco el producto final tenía un gran futuro: tasajo para las poblaciones esclavas de Cuba y Brasil, en la última década de la esclavitud. Y encima se venía el frigorífico.
Digo esto porque voy a hablar de las retenciones a la exportación de nuestra carne más fina. Siempre tuve la fantasía de poner retenciones a la exportación de jugadores de fútbol, y exportar el producto final: fútbol argentino por TV. Con el producido de las retenciones a los pocos jugadores efectivamente exportados se subsidia, no sé, el entrenamiento de jugadores, o los estadios, o la promoción en EE.UU. y China de nuestro fútbol, o -mejor aún- la importación de jugadores chinos (clave para el negocio).
Ya sé que ya se exportan contenidos televisivos, ya sé que hay valor agregado en la venta de jugadores (años de entrenamiento), pero me pregunto qué vale más: los 200 millones de dólares que el mundo ha pagado por Crespo, Messi, Tévez y compañía, más lo poco que vende afuera TyC, o la exportación de contenidos televisivos en una liga donde juegan todos esos, más un chino por equipo.
Me imagino a un Boca formando así, ponele: Abbondanzieri; Ibarra, Samuel y Coloccini; Zanetti, Battaglia, Verón y Chang Kai Shek; Riquelme; Tévez y el Chelito Delgado. River: Lux; Chou en Lai, Ayala, Demichelis y Sorín; Camoranesi, Cambiasso, Solari; Messi, Crespo y Figueroa.
Me pierdo en estos debates sobre el impuesto al ganado en pie en los 1880s ¿Cómo era? Ah, algo así: los entrerrianos tenían saladeros, y entonces querían poner retenciones al ganado exportado vivo, para tener su materia prima más barata. Se oponían principalmente los cuyanos, que engordaban y exportaban a Chile a lo San Martín: cruzando a pie la cordillera. Y también los criadores de otras provincias, estilo Santiago o incluso Córdoba, que los mandaban a Cuyo. Mamita, ¡cómo caminaban las vaquitas! Llegarían duras al diente chileno.
Los entrerrianos querían exportar valor agregado, bah, aunque tampoco el producto final tenía un gran futuro: tasajo para las poblaciones esclavas de Cuba y Brasil, en la última década de la esclavitud. Y encima se venía el frigorífico.
Digo esto porque voy a hablar de las retenciones a la exportación de nuestra carne más fina. Siempre tuve la fantasía de poner retenciones a la exportación de jugadores de fútbol, y exportar el producto final: fútbol argentino por TV. Con el producido de las retenciones a los pocos jugadores efectivamente exportados se subsidia, no sé, el entrenamiento de jugadores, o los estadios, o la promoción en EE.UU. y China de nuestro fútbol, o -mejor aún- la importación de jugadores chinos (clave para el negocio).
Ya sé que ya se exportan contenidos televisivos, ya sé que hay valor agregado en la venta de jugadores (años de entrenamiento), pero me pregunto qué vale más: los 200 millones de dólares que el mundo ha pagado por Crespo, Messi, Tévez y compañía, más lo poco que vende afuera TyC, o la exportación de contenidos televisivos en una liga donde juegan todos esos, más un chino por equipo.
Me imagino a un Boca formando así, ponele: Abbondanzieri; Ibarra, Samuel y Coloccini; Zanetti, Battaglia, Verón y Chang Kai Shek; Riquelme; Tévez y el Chelito Delgado. River: Lux; Chou en Lai, Ayala, Demichelis y Sorín; Camoranesi, Cambiasso, Solari; Messi, Crespo y Figueroa.
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