domingo, abril 09, 2006

de atrás para adelante

La discusión con Hernanii sobre el dispositivo táctico del seleccionado -menos política que sus anteriores investigaciones sobre el tema- nos aclaró el panorama. Certezas: jugará Riquelme, jugarán al menos dos entre Crespo, Tévez y Messi. Si juegan los tres, la lógica es el 3.3.1.3 o el 3.3.2.2 que pregonamos. Si juegan sólo dos de ellos -como están las cosas en este minuto, uno imagina que serían Tévez y Messi-, ¿cuál de las dos líneas reforzamos con un jugador adicional: la última o la de volantes?

Si reforzamos la última, jugaríamos con una línea de 4, con el siguiente problema: habría cuatro puestos por afuera que cubrir: dos laterales y dos volantes por los costados. Y sólo hay dos nombres indiscutidos, a nuestro juicio, para esas cuatro plazas: Zanetti y Sorín. Si jugaran, por ejemplo, de marcadores de punta en un 4.3.1.2, ¿quiénes serán los volantes por los costados? Aun sin comulgar con mi prédica contra Cambiasso, coincidirás que como volante por izquierda no va (yo describiría así el motivo: "se nota más que no hace nada"). Mascherano de 8 también es difícil de imaginar. Sí, por derecha podría ser Lucho González, pero ¿te parece que Luis González puede ser titular del seleccionado argentino? Yo no lo creo. Acá insistimos con Castromán en su vieja posición. No me imagino a un equipo con leones como Sorín, Zanetti, Castromán, Mascherano, Tévez perdiendo muchos partidos. En todo caso quedaría un hueco por la izquierda: a nosotros nos sigue gustando Bilos más allá de su mal momento. Más allá de esos nombres, queda esa infame alternativa pekermaniana: Los Juveniles, esos hombres que alcanzaron su pico de fama como futbolistas antes de cumplir 21 años, y se instalaron en cómodas mesetas europeas: los Scaloni, Duscher, Maxis, etc. etc.

Toda esta discusión se vuelve apenas un debate sobre integrantes del banco de suplentes si la defensa juega con tres, y la línea de medios con cuatro. En ese caso, Sorín y Zanetti son números puestos como carrileros, y tendremos que sufir al Cuchu en la posición que más le gusta, y cuyas ventajas también conoce el editor de La Ciencia Maldita gracias a los partidos que juega los sábados: doble cinco con pocas responsabilidades de marca. Si jugás mal, mucho no se nota.

Si tengo que pronosticar, entonces, me parece que el 3.4.1.2 es una posibilidad satisfactoria para Pekerman. No es extremadamente arriesgada, juegan sus favoritos Riquelme y Cambiasso, no pone ningún nombre con gran resisitencia popular.

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