Cierto bostero, con cierta villa del sur del Gran Buenos Aires en su corazón, llega hasta la página más importante del Economist. Una parábola del Diegote, casi.
(Clave para entrar el economist, aquí. Sr Corresponsal del Economist en la Argentina: en su caso el precio por leerme -bien sé que usted lo hace- es no buchonearme. Gracias).
3 comentarios:
Ya no funciona esa password, te pide algo mas.
grande ernesto! hasta les recuerda el gol de la mano de dios a los ingleses desprevenidos que se pongan a leer el paper.
ver nota al pie en pagina 13
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