lunes, agosto 07, 2006

penseés, de Pascal

Interesante la nota de Pascal Lamy, el capo de la Organización Mundial de Comercio. Bastante apasionada para lo que uno imaginaría de un burócrata internacional. Quise aplicarle el "nadie resiste un archivo", sabiendo que antes de estar en la OMC era un funcionario de nacionalidad francesa en la Unión Europea, pero sorprendentemente tenía ciertas credenciales free market ya entonces. Dos perlas leídas desde la Argentina:

Señores ministros: es posible que el trauma generado por el colapso de las negociaciones sobre el comercio mundial no se perciba todavía en las calles de Nueva York, París o Tokio, pero los cultivadores de algodón del Africa occidental, los arroceros de Tailandia y los productores de carne vacuna de América latina ya están sintiendo sus consecuencias.

Figuramos! Nuestros ganaderos, aliados de la gloria, inscriben en la historia su página mejor! Si supiera Pascal que el problema principal de nuestros ganaderos es el enemigo interno, no el externo.

Y otra cosa interesante. Los ejemplos que da Lamy de beneficiarios del comercio mundial son todo países labor-abundant. Claro, allí la globalización y el comercio impulsan a las industrias que demandan mucho empleo. Si ponía a la Argentina lo asesinaban.

Sí, todos pagaríamos este fracaso, pero son los más pobres y débiles los que pagarían el precio más alto. La Ronda de Doha se inició hace casi cinco años como un medio para mejorar la integración de los países pobres en la economía mundial. El comercio puede ser un instrumento poderoso para el desarrollo y ha desempeñado un papel determinante para sacar a cientos de millones de personas de la pobreza en países como China, India, Corea del Sur y Malasia.

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