[Como los correos de posta cuando apareció el ferrocarril, como los deshollinadores cuando apareció la calefacción central, los economistas son una nueva víctima del progreso económico, escribe nuestro columnista invitado del día de la fecha, Ezequiel Burgo]
Las elecciones presidenciales 2007 presentarán una particularidad. Son las primeras después de muchos años en las que los economistas no tendrán la misma relevancia que tuvieron en instancias similares en los últimos tiempos. Primero, porque los candidatos no invertirán demasiado tiempo en anunciar o explicar quién será su Ministro de Economía en caso que ganen. Segundo, porque los economistas no están en condiciones de afirmar rigurosamente qué candidato contribuiría más al crecimiento de la economía.
Carlos Menem en 1995, Fernando de la Rúa en 1999 y Néstor Kirchner en 2003, necesitaron en algún momento de las campañas presidenciales anunciar quién estaría al frente de la conducción económica de sus respectivos gobiernos. Para Menem, confirmar a Domingo Cavallo en su puesto (se desempeñaba al frente del Palacio de Hacienda desde 1991) significaba decirle a la sociedad argentina y a los mercados internacionales, que el modelo de transformación económica y, sobretodo, la Convertibilidad seguían en marcha. Para De la Rúa confirmar a José Luis Machinea (un ex presidente del Banco Central cercano al partido Radical) significaba alejarse de la ortodoxia de los 90 pero al mismo tiempo la confirmación que el 1 a 1 no se tocaba. Para Kirchner confirmar en su cargo a Roberto Lavagna (venía actuando como Ministro desde el gobierno de Eduardo Duhalde) significaba comunicar a la sociedad su compromiso con la continuidad del modelo de tipo de cambio alto y una etapa de crecimiento económico que comenzara con el abandono de la Convertibilidad.
¿Pero por qué los candidatos presidenciales tenían la necesidad de caer en algún momento de sus campañas bajo la sombra de los economistas?
Puede haber dos motivos: la personalidad de los políticos y el contexto económico en que se encontraba el país en cada uno de esos momentos.
La personalidad de los candidatos no parece brindar mucho precisión en todo este asunto aunque si permite agregar algunas líneas. No hay evidencia empírica que sostenga que algunos signos del zodíaco, por ejemplo, coqueteen más con los economistas que otros. Resulta difícil imaginar que haya personas genéticamente más permeables que otras a las opiniones e ideas de los economistas. Podrá decirse que personalidades como las de Menem, De la Rúa y Kirchner son distintas. Pero los tres en algún momento u otro tuvieron la necesidad de salir a aclarar el panorama económico a futuro.
Descartado el factor psicológico queda entonces la cuestión del espacio, el contexto. ¿Acaso Menem, De la Rúa y Kirchner se desenvolvieron en momentos en que las problemáticas de índole económica tenían más preponderancia? Sea como fuere, para estos candidatos presidenciales, tanto Cavallo, como Machinea, como Lavagna, representaban de algún modo la continuidad económica que llevaría tranquilidad a la ciudadanía y así sacar provecho de ello en las elecciones (así lo lograron). De alguna forma se dio un juego por el cual la sociedad era sometida a interrogantes que infundían temor. ¿Qué pasaba con el país si Menem no ganaba y por lo tanto si Cavallo no estaba más en el Gobierno? ¿Qué pasaba si Lavagna no seguía más al frente en 2003, quién sería el Ministro de Economía de Kirchner?
Hoy, con una economía que crece después de cuatro años consecutivos al 9%, con un desempleo en tasas de un dígito luego de diez años, sin la soga al cuello por el tema de la deuda, reservas por encima de los U$S 30.000 millones y superávits gemelos, la agenda de temas macroeconómicos parece estar agotada como para que se reflote en una campaña electoral.
Existen cinco factores para explicar este fenómeno. Primero, hay un consenso entre los analistas que la Argentina está frente a un ciclo largo de expansión económica como no se veía desde hace más de cincuenta años. Segundo, hay evidencias de que a la gente ya no le interesa de igual modo los temas económicos. Tercero, puede decirse que en la Argentina se ha terminado, al menos por un tiempo, la etapa de los planes económicos. Cuarto, los economistas aprendieron que la economía es el arte de lo posible y no de lo imposible como muchas veces plantean desde modelos académicos que poco tienen que ver con la realidad. Quinto, el mundo corre de prisa hacia la máxima de Keynes en el año 2030: tanto bienestar que los economistas ni harán falta.
¿Cantamos 'un minuto de silencio para los economistas que están muertos'?
9 comentarios:
My god, qué pobreza de blog... Coherentemente con su calidad, al final menciona "cuatro factores" y lista cinco. Y todos, salvo quizás el tercero, falsos y/o tontos.
a la gente no le interesa quien está en el Palacio de Hacienda....hasta que todo empieza a andar mal. Ahí nos desesperamos y rogamos qu venga un ser mágico que con un plan perfecto lleve todo de vuelta a lo que entendemos por normalidad
Y mientras tanto Felisa Miceli se arregla las uñas de los pies mientras repite como un loro las consignas que le dicen desde arriba
Los economistas importan. Y lo digo sin serlo
para que no haya pelea vamos a suponer que quisiste decir "post" en lugar de "blog", FT. en cuyo caso sabrás disculpar que el post dijera "cuatro" en lugar de "cinco". Gracias por la corrección.
Suponés muy bien Rollo, como deberías saber a esta altura viniendo de este leal seguidor... ;-)
Una más y la corto (por hoy, por lo menos): "hay un consenso entre los analistas que la Argentina está frente a un ciclo largo de expansión económica como no se veía desde hace más de cincuenta años" ¿consenso? Aparte de Gerchu y Rollo, ¿cuántos más son? (Aclaro que me parece una tesis provocativa, pero ciertamente no indiscutible.)
Conclusión: bandera de remate para Hipólito Yrigoyen 250, o acaso not long ago cuatro economistas no integraron un gabinete de lujo (estar en el momento justo en el lugar equivocado?)
Existió en la historia argentina algún presidente economista?
Sds.
justo cuando hay un economista presidenciable dicen que estamos todos muertos? llegue lavagna a la casa rosada o no, se nota que se nos sigue respetando y prestando atencion.
Ok, por un lado tenemos la realidad del anteultimo parrafo, pero te olvidaste de leer del otro lado de la hoja que esta pasando. Hoy crecemos, mañana tambien... entonces, porque estamos "intranquilos" los economistas (que aun no soy)? Hay inconcistencias y no vemos soluciones a estas, ni en el corto, ni en el mediano plazo, al largo siempre llegamos destruidos.
Porque los economistas no pesan? Falta mucho para las elecciones, es prematuro hablar de ministros cuando ni siquiera sabemos quienes van a ser los posibles presidentes. Por el lado del oficialismo, K es demasiado soberbio como para que haya alguien inteligente a su lado, el flaco cree saber todo de todo y pifia bastante, pero realmente todavia no se nota, suponer que va a cambiar ahora como se supuso luego de su victoria en el 2005, mas que un supuesto es una ilusion que no va a llegar nunca, si esto va "bien", para que cambiarlo?? un par de parches mas que esto aguanta...
Por ultimo, plantear que un modelo es irreal implica no haber entendido uno solo, modelizar el mundo para predecirlo debe ser poco mas que imposible. Modelizar para entender fenomenos aislados es el objetivo que a mi me vendieron. No parece novedad, pero criticar modelos de forma generalizada es una practica muy comun ultimamente.
ya creo que cada vez que alguien senala una inconsistencia a la vez propone algun cambio. habra propuestas equivocadas, sesgadas, deshonestas, anacronicas, pero no son todas. yo estoy seguro de que la cosa estaria peor si no hubiera economistas.
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