Para el historiador estrella Niall Ferguson, la teoría monetaria -monetarista- de Friedman está viva. Su argumento tiene, creo, un gran error y un gran acierto.
El error: sea verdad o sea mentira, decir que "la inflación es siempre y en todas partes un fenómeno monetario" no implica sostener que la oferta monetaria sea el único factor en juego. También la demanda de dinero tiene algún rol. Un hombre que se apasionó por la hiperinflación alemana, caracterizada como toda híper por la fuga del dinero, debería saberlo.
El acierto: si los precios de los bienes y servicios están estables pero los precios de los activos se disparan, el dinero está perdiendo valor. (Es un argumento conocido, que el Economist ha repetido hasta el hartazgo). Llamar a eso inflación o no llamarlo es una decisión terminológica y por lo tanto conceptualmente irrelevante; pero el fenómeno es perfectamente comparable a cualquier otro cambio de precios relativos que se da por la suba del precio que sube, sin que baje el que baja. En un mundo de precios perfectamente estables, ese cambio de precios relativos debería obtenerse con deflación en los bienes y una inflación (pero menor a la que hemos visto estos años) en los activos. Con todo, me parece sensato que la política monetaria se fije como objetivo el precio de los bienes. Me cuesta imaginar una deflación de bienes que no sea recesiva.
3 comentarios:
Eh Rollo. Media pila. Que paso con el Criador?
eh rollo puto, awante el breeder
rollo destilas conocimiento
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