“It’s going on big time,” said Brad Cole, president of Cole Partners Asset Management in Chicago, which runs a fund of hedge funds focused on natural resources. “There is considerable interest in what we call ‘owning structure’ — like United States farmland, Argentine farmland, English farmland — wherever the profit picture is improving.”
7 comentarios:
Claro por eso es las clases de inglés deberían ser obligatorias en la primaria y secundaria. Además el viaje de egresados podría ser Malvinas.
muy buen post, Rollo.
¿Qué quiere decir entonces? Que antes que nos demos cuenta nos van a comprar hasta la tierra de los canteros? Que minga de planear un crecimiento estratégico basado en las ventajas comparativas, ya que las tierras, las empresas y las decisiones van a venir de afuera y vamos a ser meros suministros de las necesidades ajenas?
No digo que lo de ahora sea mejor, ojo, pero estar fuera del foco de los grandes conflictos del orbe por lo menos nos daba tiempo de madurar como país, crecer un poco y tener planes propios, como Brasil.
Anónimo de las 3:59 te equivocás al compararnos con Brasil. En el país vecino hay una clase dirigente (que tiene diferencias internas y que a veces resuelve sus conflictos de manera brutal, pero sigue teniendo en claro que lo que es bueno para Brasil en su conjunto los termina beneficiando a todos). Si leiste algo de Historia argentina (por ejemplo, a Halperin Donghi, pero a muchos otros también) sabrás que acá hace muchísimas décadas que no tenemos clase dirigente. Cada tanto aparece una clase dominante que se impone por la violencia (como quiere hacer ahora, pero todavia, por suerte, no cuenta con las bayonetas), pero una clases social que sea capaz de dirigir a la sociedad en su conjunto no hay, ni con esa miserabilidad de miras tampoco la puede haber.
No aplaudo que empresarios extranjeros se queden con todo, pero si los empresarios nacionales lo único que supieron hacer desde el 30 es pergueñar golpes de Estado, me quedo con la promesa extranjera.
Guille
Guille, desde otra perspectiva ideològica coincido con vos...aunque serìa bueno el surgimiento de una clase dirigente en serio.
Mi hipòtesis sobre esta ausencia es que la cleptocracia institucionalizada desde el Estado desde hace ya varias dècadas simplemente generò un ambiente en el que florecen los que viven del Estado y se marchitan los empresarios en serio, salvo contadísimas excepciones.
Y cuando un empresario depende de decisiones del Estado para ganar dinero, lo que sigue es un enorme interes en influenciar (por la razon o por la fuerza) a ese Estado para que decida a su favor...otro punto mas en contra del Estado intervencionista
Guille, la punta del ovillo viene de lo que dice acá il postino. Y ojo, que el concepto de clase dominante viene medio distorsionado. Por ejemplo, Moyano es sindicalista, es un factor de poder con atribuciones para operar sobre la economía, y también es propietario y terrateniente agropecuario. Pero en tu discurso usa solamente uno de sus ropajes.
No se como lo hacen, pero nuestros actuales dirigentes logran situarse en un punto ciego: ellos son sólamente factores de justicia social y redistribución frente al avance de las clases dominantes ávidas de la sangre del pueblo. Es decir, son incontaminados de toda avaricia mercantil porque viven austeramente de ... de... ehhh...o sea...
cuando digo que falta una clase DIRIGENTE, digo justamente eso: no que el gobierno es bueno y los otros son malos. No tenemos un sector social que conduzca el proceso político nacional. Dividido en sus diversos puntos de vista, pero con un acuerdo de fondo: desarrollar el país. Eso ha hecho la elite norteamericana desde 1786, con algunas idas y vueltas y con varios golpes de timón (y con algunos enfrentamientos durísimos: tres presidentes, si no recuerdo mal, fueron asesinados en funciones). Pero por lo general respetaron una base común. Acá, cada grupo que llega al poder (al menos desde 1930) se instaura en mafia, gobierna fundamentalmente para su grupo y se alía a otros para perpetuarse y seguir acumulando, hasta que viene otro y lo derriba. Y surge otra mafia, etcétera. Los empresarios terminan acordando con cada mafia (con algunas mejor para tal sector, con otras mejor otro sector) y no les queda otra (pero tambien eso hace que lo principal en cada empresa grande sea cómo negociar con cada mafia; yo no sé si hoy las empresas argentinas -cada vez menos- sabrían vivir en un ambiente no mafioso).
Guille
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