domingo, agosto 31, 2008

el clásico de los clásicos

No, no voy a hablar de fútbol (una vez más, Central enfila para la zona de nadie en la que estás a un milagro de distancia de las copas y todavía a un tiro de piedra de la promo). Tampoco del GranDT, en el que Paternal 1977 flota hacia un destino comparable.

No: me refiero a Argentina-Brasil. Al remanido tema de la competitividad y el tipo de cambio real (qué confuso debe ser en Brasil usar la frase "en términos reales" o "tipo de cambio real" cuando la moneda es el ídem). Como no podemos confiar en nuestros índices de precios, las medidas de tipo de cambio real estarán muy contaminadas por guesstimaciones sobre el tamaño del milagro de Moreno. En los cuadritos que siguen obviamos los datos de precios y vamos directamente a lo que importa: salarios en una moneda común (dólares, digamos). Aquí van (click para agrandar):


Aclaración: el ratio no indica la proporción entre salarios argentinos y brasileros, sino cuánto es esa proporción si el ratio era 100 en febrero de 2001 (seguramente no lo era, seguramente nuestros salarios eran entonces más altos que los de Brasil, y posiblemente ahora también). La trayectoria es algo sorprendente, y da la razón a quienes insisten en medir el tipo de cambio multilateral. Sí: la Argentina se ha encarecido en dólares, particularmente en los últimos dos años, pero otros países -y entre ellos Brasil, uno de nuestros grandes socios comerciales- también lo han hecho. Cuidado: trayectorias paralelas en niveles quiere decir que, en términos porcentuales, hay un acercamiento. Pero no ha sido gran cosa en los ultimos cuatro años: el ratio del primer trimestre de 2008 (el último período con datos definitivos) es similar (valor de 77) al de junio de 2004 (valor de 74).

Con estimaciones para el último trimestre -salarios +2% mensual en Argentina, peso algo más fuerte- nos colocamos en un ratio inédito desde la devaluación, arriba de 80. Si era cierto lo que decía Cavallo en 2000 -la moneda argentina está desalineada en un 20%- entonces estamos entrando en la fase problemática, ya que en la comparación con Brasil nuestros salarios ya no están ese 20% más barato que creía necesario Cavallo para restablecer nuestra competitividad.

Es interesante, aunque bien conocida, la proporción diversa de ingredientes con que la Argentina y Brasil elaboraron su encarecimiento en dólares. Casi que puede decirse: en Brasil salarios fijos y real móvil; en la Argentina salarios móviles y tipo de cambio fijo:




Aquí, por supuesto, está parte de nuestro problema. Que una moneda venga apreciándose no quiere decir que seguirá haciéndolo; que los salarios vengan subiendo al 2% mensual sí permite pronosticar que la apreciación real continuará.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Nos tuvieron de hijos?
Ellos ya juegan en otra categoría.

Anónimo dijo...

no sé Rollo cómo son todos los salarios brasileños, pero los de los profes universitarios son muchísimo más altos que los de acá: el promedio 1980-2005 casi los triplica en dólares (aún cuando acá existía el uno a uno) y ahora son decididamente más altos. En casi todas las profesiones pasa lo mismo. Conozco un par de médicos jóvenes (treintañeros en sus comienzos) que viven super bien (los que conozco acá, de edades y situaciones similares ganan menos de tres lucas al mes en hospitales municipales del gran buenos aires). Quizá la gente que no tiene ninguna capacitación tenga salarios menores en Brasil, pero el resto no creo.
Guille

il postino dijo...

rollo, a nivel de profesionales de empresas los salarios en Brasil estàn entre un 40 y un 80% por ciento arriba de los argentinos. una parte de la diferencia puede explicarse por la diferencia de escala de lo que manejan los managers allà vs aca, pero en los 90s los salrios Argentinos estaban 20 a 30% arriba de los brasileros y las diferencias de escala eran menores pero existìan...

Anónimo dijo...

Rollo, ponga las fuentes de los datos, no haga la gran Paul Krugman!
No estoy muy seguro de las siguientes aseveraciones que voy a pronunciar (o teclear) pero después de leer este post y el reciente post de elemaco y recordando uno que escribió Ud. mostrando en un gráfico el comportamiento del dolar, los salarios y la inflación, llego a las siguientes conlusiones.
Hasta los 90, la estructura porductiva argentina era basicamente la que se configuró durante el primer gobierno peronista y el desarrollismo de Frondizi (esta es una de las partes que no estoy seguro, ud. seguramente me corregirá si me equivoco). Esta matriz productiva obedecía a los precios relativos internos, sin embargo de competir internacionalmente, ni hablar.
En los 90's con la apertura de la cuenta capital y comercial se trata de alinear los precios relativos para que esta estructura productiva tome una forma que le permita competir internacionalmente. Sin embargo, en vez de dar señales para que los recursos se acomodasen en los sectores que teníamos cierta venataja competitiva y abrir la cuenta comercial paulatinamente a medida que este fenómeno se daba, se elijió abrirla brutalmente, con un tipo de cambio fijo y con shocks externos que nos perjudicaron. Todo eso terminó en lo que todos ya sabemos. (Acá es donde emplamo lo escrito con los post antes mencionados) Para mi, el gran error de los Kk's fue que no trataron de redefinir una nueva estrutura productiva basada en nuestra ventajas comparativas y aprovechando, que Menem ya había destruído brutalmente lo que parecía no funcionar y los términos de intercambio favoralbes. En vez de eso distorsionaron los precios relativos (retenciones y subsidios a los combustibles, subsidios a la energía eléctrica, etc) volviendole a dar vida a esos sectores que ahora piden a gritos una devaluación. Resumiendo, las industrias que son trabajo intensivas jamás van a ser competitivas, ni siquiera a nivel mercosur. El tipo de cambio real de equilibrio (si existe) está determinado por la estructura productiva y los cambios en la productiviadad, si cambiamos el nivel nominal, sin afectar la estructura, en el largo plazo se vuelve a donde se partió.

Espero que se entienda algo de lo que escribí, no soy bueno haciendolo y para colmo lo hice a las apuradas.

Gustavo Germán