miércoles, marzo 22, 2006

de pobres y ausentes

Ante todo: felicitaciones, Néstor. Si te fueras en el 2007, dejarías a la economía con el crecimiento más largo de su historia moderna, con un dígito de desempleo e indigencia y menos de un tercio de pobreza. Y no me quedaría otra que proclamarte el mejor presidente del siglo XXI, lejos. Y entrarías en la conversación con los mejores del XX, también. La economía es como el clima: hay muchas y muy complejas fuerzas en juego, así que no entendemos bien a ninguno de los dos. Entonces, si llueve se lo atribuimos a Tlaloc, dios azteca de la lluvia, y si la economía crece se lo atribuimos al presidente.

Esta es la semana de "digamos cosas obvias". Voy a presentar un grafiquito que puede aparecer como revaluacionista. Let's face it: lo es. Salvo por el aumento 'secular' desde mediados de los 90s -que, coincidirás conmigo, tiene que ver con un desempleo causado en parte por la excesiva apreciación- la pobreza crece con el tipo de cambio real y viceversa.



Pobreza GBA: EPH continua tirada hacia atrás con la puntual. Tipo de cambio real: E.P*/P, donde E es valor del dólar, P* precios del comercio exterior, P precios al consumidor.


No voy a repetirme en la discusión sobre el nivel adecuado de nuestro tipo de cambio. No voy a hablar de los pobres en carácter de tales, sino de ausentes. ¿Por qué nadie en todo el arco político, con este gráfico en la mano o en la cabeza, pide la revaluación? Misterios de la Argentina: una idea conceptualmente sólida, o en el peor de los casos discutible, y políticamente redituable, está ausente en el debate político.

Teléfono, Lilita. Si ya te jugaste por los ganaderos, como los radicales de hace 110 años (aquí mismo tengo a tu correligionario Barroetaveña diciendo en 1894: "se ha llegado a una tarifa arancelaria exorbitante, prohibicionista, respecto de ciertos artículos, perjudicando seriamente al pueblo consumidor y las grandes industrias ganadera y agrícola, exponiéndonos, como todo el mundo lo sabe, a una guerra de tarifas...") hacé también como hacían tus héroes del Parque: pedí por la moneda fuerte. Dejá que el partido en el poder se case con este peso devaluado, fomentá todo lo que puedas esa asociación, y aprovechá para ubicarte en un lugar distinto.

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