Aparentemente, no jugaría Cambiasso contra Serbia. José podría habernos hecho caso hace ya nueve meses, cuando iniciamos la campaña anti-Cambiasso, o hace cuatro, cuando denunciábamos que el rey estaba en calzoncillos (nadie quería ver que Cambiasso es un fantoche) o hace dos (cuando señalábamos sus pifias en la Champions y pronosticábamos su posición mundialista de cinco intrascendente). Pero más vale tarde que nunca. Felicitaciones, José Pekerman.
De todas maneras, no veo clara la solución de Pekerman. Aparentemente reemplazaría a Cambiasso por el no-tanto-menos-anodino Lucho González, ubicado como doble-cinco-organizador, y manteniendo todo lo del otro día. Me gustaría que la ubicación de Lucho fuera más horizontal respecto a Mascherano que lo que fue la de Cambiasso. Sería lógico, también, adelantar un poco más a Sorín, para completar nuestra fosa de Alsina. [UPDATE: ¿Sorín de doble cinco y Lucho de carrilero por izquierda?] En todo caso, es difícil que el cambio nos perjudique. Lucho no marca menos que Cambiasso (no se pueden robar menos que cero pelotas) pero quizás pueda aportar algo más en la organización.
Es incomprensible y lamentable que tengamos dificultades para llenar el puesto de doble cinco organizador cuando en estas tierras nació el hombre en quien Dios estaba pensando cuando inventó esa posición: Johan Sebastian Verón. Vale la pena leer una columna del Profe Córdoba en Clarín allá por mayo de 2002 ("Es el mejor organizador del mundo"), donde también podrás descubrir un pronóstico lamentablemente acertado.
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