Todavía convaleciente, sufriendo estocadas intermitentes pero insoportables en su nervio ciático, el staff de La Ciencia Maldita reparte su tiempo entre el Mundial y lecturas azarosas de la biblioteca familiar.
Qué poco revolucionario que es el Manifiesto Comunista. De los diez puntos del programa comunista de Marx y Engels (ver abajo), el 2 y el 10 están en cualquier Estado moderno. El 5, el 6, el 7 y el 9 podrían formar parte, y lo han hecho, de un programa industrialista cualquiera. El 1 y el 3 escandalizan más por su asimetría que por su contenido: ¿por qué expropiar la tierra y no las fábricas? ¿por qué prohibir la herencia y no la transmisión de bienes o capital humano entre generaciones?. Sólo el 4 y el 8 son auténticas burradas totalitarias.
1. Expropiación de la propiedad territorial y dedicación para gastos del Estado de la renta del suelo.
2. Impuesto fuertemente progresivo.
3. Supresión del derecho de herencia.
4. Confiscación de la propiedad de todos los emigrados políticos y rebeldes.
5. Centralización del crédito en manos del Estado.
6. Centralización de la red de transportes en manos del Estado.
7. Ampliación del número de fábricas nacionales, instrumentos de producción, roturación y mejora de terrenos de acuerdo con un plan general.
8. Imposición a todos de la obligación de trabajar; organización de ejércitos industriales, especialmente para la agricultura.
9. Explotación combinada de la agricultura y la industria. Intervención encaminada a la eliminación gradual de diferencias entre la ciudad y el campo.
10. Educación pública y gratuita de todos los niños. Eliminación del trabajo fabril de los niños en su forma actual. Interacción coordinada entre la educación y la producción material.
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