lunes, agosto 21, 2006

reforma agraria ya


En los párrafos que siguen pretendo convencer a nuestros terratenientes de que les conviene regalarle un 20% de su tierra a nuestros pobres. Estás avisado.

Leía en Bloguín que el sector rural venezolano se opone al Mercosur. La parte que nos interesa es esta:

Gustavo Moreno Lleras, presidente de la Confederación Nacional de Agricultores y el mismo un productor mediano del centro oeste del país, teme por la competencia del maíz, la carne, el cuero y los lácteos argentinos. Y por el ingreso del azúcar y el cacao brasileño, "que puede echar a perder aún más nuestros ingresos", señaló.

Pero recién en 2014 se abriría ese mercado, ¿Por qué están reclamando con tanta antelación?, preguntó Clarín.

—Argentina tiene más horas luz, tierras mucho más fértiles. Es decir, parte con una ventaja natural enorme a lo que se agrega la tecnología trasngénica con lo que obtiene. Frente a eso estamos en desigualdad.

—Al menos en los protocolos con Argentina está prevista la asistencia del INTA a los productores venezolanos.

—Será bienvenida, pero en Venezuela, pese a que el grueso del PBI es petróleo y minería, el 80% de la población depende del campo. Nosotros observamos que la sociedad con el Mercsour es desigual.

Y me puse a repensar lo que ya sabemos: en nuestro país, castigar al sector rural es popular porque reduce el precio de los alimentos, a costa de un sector relativamente minoritario (a pesar de la -leve- "reforma agraria natural" que ha sido la herencia). Los grandes proteccionismos agrícolas se dan en países en los que la agricultura tiene desventajas naturales frente a otros sectores y, adicionalmente, la propiedad rural está mejor distribuida. Francia es el paradigma, pero los farmers norteamericanos también caen en el mismo casillero: equidad en la distribución y desventajas comparativas. Políticamente es redituable ayudar al campo, porque trae muchos votos.

Inglaterra, en cambio, que hizo sus consolidaciones rurales muy temprano, fue mucho más liberal en el comercio agrícola (no fue una casualidad que la liberación de las importaciones de granos fuera justo en el momento en el que los sectores populares iniciaban su participación política). El único casillero que nos faltaría es propiedad rural bien distribuida y ventajas comparativas en agricultura.

En ese casillero tiene que colocarse la Argentina.

¿Cuánta rentabilidad le quitan las retenciones al campo argentino? Si la retención es 20% del precio, digamos, y el margen de ganancia, existiendo las retenciones, es otro 20%, entonces la eliminación de las retenciones implicaría una duplicación de las ganancias. Es decir, en mercados perfectos, una duplicación del valor de la tierra. Si, en cambio, el margen actual es 40% (más cercano a la realidad, supongo) entonces la supresión de las retenciones haría crecer un 50% el precio de los campos.

Vamos a suponer que hay 30 millones de hectáreas en cultivos principales. Imaginemos ahora que los dueños de todas esas tierras suscriben el plan para regalar el 20% de su propiedad, con la promesa del gobierno de que, a cambio, eliminará las retenciones. A los 2 millones de Jefes y Jefas que reciben planes se les regala ese 20% de la Pampa Húmeda Ampliada. Son 6 millones de hectáreas, 0 3 hectáreas por cada JJHH. Estas hectáreas son intransferibles por 100 años salvo por herencia. Digamos que esas 3 hectáreas valen unos 10 mil dólares, en un mundo con retenciones. O 15 mil dólares en un mundo sin ellas, supongamos. Pues bien, a cada Jef@ le convendrá arrendar eso, salvo algún loco que quiera ir a labrar sus 3 hectáreas. Lo más frecuente va a ser arrendárselo al dueño original. Si le saca un 5% del valor de la hectárea estamos hablando de 750 dólares anuales, o 2325 pesos: los 200 mangos por mes que reciben hoy día.

El gobierno podrá eliminar las retenciones porque se estará ahorrando el Plan JJHH. Pero no es sólo que "podrá" eliminarlas: deberá hacerlo. En los contratos de arrendamiento, el precio va a estar pactado como se pacta hoy: en tantas toneladas del valor interno de la soja o de lo que fuera. Poner retenciones implicaría bajar el valor de esos arrendamientos y por lo tanto perder 2 millones de votos. Para el terrateniente habría una ganancia neta muy clara: perderá 20% en cantidad de tierra, pero ganará 50% en rentabilidad por hectárea. Y se garantizará que por varias generaciones no habrá políticas anti-campo.

¿Dónde está el truco? ¿Puede ser que todos ganen y que nadie pierda? Yass. La economía, mis amigos, no es un juego de suma cero. Es cierto que escondí abajo de la alfombra el hecho de que el sector industrial perderá algo, porque a la larga tendrá que pagar mayores salarios. Pero eso también es compensable. En total, un país que produce lo que sabe hacer bien vale más que un país que no sabe bien qué es lo que produce.

Si no quieren, señores del campo, no lo hagan. Pero recuerden que si lo hubieran hecho hace 100 años las cosas habrían sido mucho mejores. Para todos.

4 comentarios:

Ulschmidt dijo...

En Venezuela el 80 % depende del campo porque son feudales, se llama agricultura de autoabastecimiento y es un fracaso garantizado en todas partes.
En Argentina muy poca gente se dedica al campo y genera alimentos para varias veces la población nacional porque es una agricultura globalizada: se diseñó para alimentar al mundo. en 1870 YA ERA ASI.
Todos los que quieren reformas agrarias, economía centralizada, expropiaciones a lo Delia, planes burocráticos para manejar el sector productor, etc... hacen lo posible por convertirnos en Venezuela.
Y no son nada modernos, no. Es un concepto virreinal, rentísitico, la visión del agro como una explotación minera a la antigua. Algún dato de la realidad - como que el sector duplicó producción de oleaginosas en una década, sin bajar producción de granos o carnes - pasa de largo y se ignora porque implicaría reconocer pericia, inversión, aplicación de tecnología, administración y todo eso es contrario a la bucólica visión de un agro estático, inmerecidamente próspero, merecedor del saqueo fiscal.
Y un secreto: Ponga productores argentinos en Venezuela y BATIRAN RECORDS. Lo que a Venezuela falta es una clase productiva, no horas luz. Aquí el mito de que todo viene de una inagotable fertilidad pampeana - de la que nada queda tras cien años de arados - es funcional a la bucólica visión antedicha. No se reconocerá jamás que es una industria donde tenemos a decenas de miles de tipos que saben producir bien.

lucas dijo...

La frase clave de su comment es "muy poca gente se dedica al campo". Creo que ahí está el problema político del campo, y el post apuntaba -un poco en serio, un poco en broma- a corregir esa falta de peso político.

Anónimo dijo...

No conozco mucho del sector agropecuario argentino, y supongo que hay mucha gente capaz, pero el hecho de que Venezuela está bastante más arriba en el mapa me sugiere que las condiciones geograficas y climaticas deben ser bastante distintas. Yo no apostaría mucho a eso de que los productores argentinos harían milagros allí.

Anónimo dijo...

Yo no tengo campo ni nada parecido. Pero me suena que ese 20% es una caradurez....
Q facil es redristibuir lo q es de otros...Yo me dedico al trasporte, que puedo esperar? que me pidan el 20% de un camion?? q les doy el motor?
Para redistribuir hay q laburar, como hice yo que empece de 0 y sin un mango!!!