(
encontrado en mi casilla de mail hace cuatro días. Se reciben con gusto "crónicas desde los mercados". Cuenten chicos, ustedes ahí en los bancos que están deprimidos mirando las pantallas. Cuéntenme cómo pasó, que la Historia está pasando por delante de sus narices)
Aunque los argentinos nos creemos los únicos proveedores del dulce de leche y otras cosas que parecerían que apasionan al mundo, la realidad es que todo eso se fabrica en cualquier parte, y hoy en Zurich te dan una carne y unos chorizos uruguayos que serían la envidia de nuestros mejores tiempos, cuando éramos un país que, por lo menos, liderábamos la exportación de carne a Europa. Sin embargo, a los europeos de determinados círculos les hemos importado algo bien argentino que consideran muy valioso y están encantados con su uso, y realmente lo utilizan cuando están con otros europeos sin que estemos presentes. Que es? La palabra “kilombo” –asi escrita con “k”- que consideran un hallazgo de síntesis para aplicar a aquello que es complicado donde asi se presente, ya sea el trafico, el tiempo, la nieve, el estacionamiento, los problemas en el trabajo, la administración pública o ….. la crisis financiera internacional.
“Emilio, this is a big kilombo” me dijo antes de ayer uno de los banqueros mas serios que conozco en Europa, dueño y CEO de un banco mediano y sólido, que no quiso entrar en el juego de los derivados de las hipotecas “sub prime” y que tiene muy buena liquidez en su entidad, pero no le quiere prestar el dinero a ningún banco. Me amplió –lo transcribo en argentino-:” Mirá, hace pocas semanas el Fortis era una potencia que compraba una parte del ABN Amro en 24.000 millones de euros. Hoy los gobiernos del Benelux lo tuvieron que nacionalizar, y dicen que van a vender eso que compró, si pueden, en 10.000 millones y encima le ponen como 13 mil mas. Y mañana vas a ver que van a tener que nacionalizar el Dexia porque está seco de fondos, al borde del desastre y para colmo es el mayor empleador de Bélgica. Y fijate lo del Hypo Real State de Alemania. Cayó 70% su valor en el DAX porque tuvieron que salvarlo sus compañeros y el gobierno. No querido, yo no le presto mas a nadie hasta que esto se termine” “Disculpame Alphonse, y como vas a pagarle los intereses a tus clientes? De tu bolsillo? –le dije-. “No. Yo le voy a prestar al gobierno, al Tesoro, voy a comprar sus bonos, sus obligaciones, y lo que sea porque todo es AAA, y obvio, pagan muy poco interés; y si quiere, que él le preste a quien quiera. Que asuma el riesgo. Yo le traspaso ese interés a mis clientes y me quedo con una comisión fiduciaria, que no me va a dar profit pero vamos a dormir todos tranquilos”.
Lo mejor del caso es que sus clientes están de acuerdo porque también quieren dormir tranquilos. Es que ven como sus vecinos, que se jugaron a los fondos mas especulativos, están saliendo a cualquier precio e iniciando la propia depresión económica individual –proyectan achicar los gastos, no cambiar el auto, no comprar la casa nueva, no salir de vacaciones, gastar menos en salidas, mirar bien los puestos de trabajo de sus empresas o mirar mejor su propio puesto de trabajo para que no lo despidan- , y eso puede ser el inicio de la depresión colectiva y la mundial, si esto no se arregla.
Cuando hoy martes a mediodía lo llamé para decirle que había acertado con el tema del Dexia, me dijo que esto no es un acertijo. “Los bancos hoy se dividen en tres: los que sobrevivirán porque el riesgo lo ha tomado exclusivamente el inversor eligiendo su menú de inversiones, y son contados con los dedos de la mano; los que morirán comidos porque perdieron patrimonio por haber inventado billones en créditos basura y sus dupli y triplicaciones que le hicieron un desastre a otros bancos que les daban el dinero; y los que vivirán porque se comen a los comidos, que son los que resisten hoy aparentemente cualquier cosa. Pero si Obama no logra juntarles la cabeza a los representantes demócratas y republicanos que se oponen al plan, que se agarren, porque esta crisis es la primera en la historia que viene paralela en Estados Unidos y Europa, al mismo tiempo y con las mismas características. Antes Europa sufría y Estados Unidos vivía en el mejor de los mundos, o al revés. Ahora ya no. El desastre es para todos. Asi que preparate para ver sentado en la silla del CEO del Citi a Yun Yan Ying, y en la de Botín a Igor Emiliovich Botinonenko, porque los chinos y los rusos van a salir a comprar los despojos de lo que quede”.
Como lo escuchaba muy embalado no le quería discutir eso de los chinos y los rusos, pero le dije: “Che, Alphonse, la cabeza se las tiene que juntar Bush, no Obama”. “No querido, Bush ya no tiene poder. Esto lo tiene que hacer el próximo Presidente del país, que es quien de todas maneras se tiene que comer las consecuencias. O no te das cuenta que esto que están haciendo es un concurso a ver quien se puede sacudir las responsabilidades. ¿No escuchaste a Nancy Pelosi ayer en la presentación del salvataje, la factura que les pasó a los republicanos? Estaban esperando eso para votar en contra. Ayer votar ese engendro era una locura. Una autorización parlamentaria de tres hojas, en tres días de tira y afloje pasó a tener 127 páginas!”
Me impresionó mas su aseveración sobre quien será el Presidente de los Estados Unidos, que el mamotreto de 127 paginas que me mandó por email. Pero también me acordé de Cobos cuando en una madrugada afilada, cortó la desenfrenada cadena de ordenes de votar a ciegas, con su voto “no positivo”. Y ahora, en esa impresionante Sala de Representantes, los mismos republicanos se revelaban con los votos “no positivos” para que no pasara el plan de salvataje de su propio gobierno.
Cuando corté con Alphonse me fijé como seguían los mercados y los chismes corrían por todos lados. Hasta que la Unión Europea salió a decir, palabras mas palabras menos: “que esta crisis la arreglen los yanquis porque ellos la inventaron”. Es que Europa está convencida que esta es una herencia maldita de los americanos del norte y se quieren despegar como sea, aun a costa de nacionalizar los bancos. Es mas, hay bancos que objetivamente van a tener problemas para “digerir” estas pichinchas que se han llevado en medio de la crisis, pero el laxante se lo va a dar el Estado. Ya es tarde para abandonar a su suerte a algunos, después de haber protegido a otros. Y los accionistas heridos por haber tenido que huir revoleando sus tenencias, vienen por la revancha. Hoy ya estaban descontando que mañana miércoles habrá acuerdo en la Sala de Representantes e hicieron subir por el ascensor del Dow Jones las acciones bancarias.
Mientras tanto, la cara de Bush me recordaba a la cara de De la Rua, cuando lo presentó a Cavallo a la una de la mañana desde Olivos, balbuceando: “bueno, aquí está quien se va a hacer cargo desde mañana de la economía del país”. Recuerdo que desperté a mi mujer y le dije: “Chuchi, renunció de la Rua”, y al preguntarme “que qué?” le contesté: “Sí. Lo nombró a Cavallo y cuando salte, porque va a saltar, Cavallo se lleva puesto al gobierno”. Ayer Bush –vacío de poder- parecía un de la Rua que balbuceaba que si le seguían diciendo que “no” todo iba a ser peor.
Cosas raras las del destino: esas declaraciones se las sacaban los periodistas olvidándose que no era una conferencia de prensa al respecto, sino la recepción habitual en la Casa Blanca –esa sentados en dos sillones- que hace Bush de los Presidentes extranjeros. Lo paradójico es que el que lo visitaba era Viktor Yutchenko, Presidente de Ucrania, a quien se le notan los estigmas en su cara por haber sido envenenado con dioxina durante la campaña electoral, pero que finalmente llegó a la Presidencia sosteniendo que había que terminar con las viejas prácticas comunistas de socializar los sacrificios y las perdidas, mientras unos pocos se enriquecían.
Ya de noche en Europa, y antes de terminar este despacho para Mirador Nacional, me sonó el teléfono. Era Alphonse, para recordarme dos cosas. Una, que ni él ni yo, ni nadie que circulara por la economía real de hoy, había vivido la depresión del 29, asi que salvo la teoría y las estadísticas, no sabíamos que era eso y él esperaba que no lo supiéramos, porque para salir íbamos a tener que aprender a hablar algún idioma asiático, y vivir con lo necesario, como indios, de la India. La otra cosa era que él si había vivido una crisis en los 70, cuando la inseguridad por la volatilidad del dólar y la inseguridad de la economía mundial, hizo que el pase al franco suizo fuera tan masivo que los bancos del país de los cantones “cobraran” por “tenerle depositado” el dinero a los ahorristas extranjeros.
“Y eso que tiene que ver con lo de ahora Alphonse, ya hay otra moneda, la gente se correrá al euro”
Y con una voz que ya me pareció aporteñada me dijo: “Pibe, si este kilombo no se arregla con el salvataje que votan mañana, la crisis se lleva puestas las dos monedas”.